Con la llegada del nuevo año siempre llegan los nuevos propósitos, y el mío es… ¡ser madre! Algo que no ha sido difícil de decidir puesto que, como mi entorno siempre dice, el machismo en nuestra sociedad ya está superado y ya es cosa pasada. La palabra patriarcado ni la conocen… ¿para qué? Si el machismo ha sido eliminado y me siento realmente bien al poder haber tomado esta decisión libremente, sin ninguna presión; además, llevo practicando toda la vida con las muñecas y mi madre me ha enseñado todo lo que hay que saber para llevar un hogar. No puede ser tan difícil…
Aunque como he dicho antes no he recibido presiones para tomar mi decisión, sí que me han aconsejado y dado su opinión mucha gente de distintos ámbitos de mi vida, muchas de las cuales se contradicen y no me dejan margen de actuación. Os las voy a contar a ver si vosotras, compañeras, podéis ayudarme, porque seguramente la culpable sea yo que me he liado un poco y en ocasiones me he puesto un poco histérica.
Al principio de la historia pensé en no tener hijos. Me dijeron que ya se me pasaría la tontería esa y que antes o después me llegaría el instinto maternal y cambiaría de opinión, porque los hijos es lo mejor que hay y sin ellos la vida de cualquier mujer está incompleta. Visto el imponente argumento decidí ser madre joven, total, puestas a tener una vida plena, cuanto antes mejor, ¿no? Pues por lo visto no… Si era madre en mi época de instituto me estaba destrozando la vida y no tenía ni los medios ni la madurez necesaria para afrontar ese gran cambio. Entonces pensé en dejarlo para la mitad de la veintena más o menos, así podría terminar mis estudios o haber conocido ya lo que es el mundo laboral. Menos mal que no lo hice, desde luego, porque como bien me informaron todavía no había adquirido la experiencia necesaria después de mis estudios y el tiempo que llevaba en el mundo laboral no era suficiente para dejar de tener un trabajo precario y emanciparme. Por lo que decidí tomar esos sabios consejos y esperar; total, soy joven y tengo una vida por delante, ¿verdad? Cuando pasé la treintena, de repente todo el mundo empezó a preguntar por mi maternidad: la familia, amigas y amigos, en entrevistas de trabajo… Cada año los comentarios sobre mi avance hacia la infertilidad, es decir, que se me iba a pasar el arroz, que si no pensaba ser madre, se fueron intensificando y acortando en el tiempo. No obstante, seguía teniendo un trabajo precario, sin estudios, ya que no pude tener mi titulación debido a que las becas brillaban por su ausencia y la economía familiar andaba en números rojos; sigo compartiendo piso porque los alquileres están por las nubes y los pisos que me podría permitir con mi sueldo son tan pequeños que tendría que poner la minicuna en vertical para que entrase. Vamos, que estoy igual que en el instituto, pero ahora a todo el mundo le ha entrado la prisa para que me fecunden los óvulo.
Visto que el tema de la edad era un poco complicado me centré más en el modelo de familia: Primero pensé en ser madre soltera, pero los consejos que me llegaron no fueron muy esperanzadores: que si criar a un bebe yo sola era muy difícil, que si las clínicas de inseminación artificial eran muy caras y no me llegaba con mi sueldo, que si pensaba ir a una discoteca a buscar un donante borracho, que ya tendría tiempo de encontrar a mi media naranja, que no me precipitase…Visto tanto impedimento, me puse a la búsqueda de una pareja con la que compartir mi maternidad, cosa que no ha resultado fácil. Si mi pareja es mujer, eso no es una familia de las de toda la vida porque todo el mundo sabe que haciendo la tijereta no nacen niños y va contra natura; si buscaba un hombre la cosa mejoraba en cuanto al modelo de familia tradicional; sin embargo, parece que no sabía elegir compañero, o era soso o muy fiestero, o trabajaba mucho o era un vago, o me atosigaba demasiado o pasaba de mí. Entre todos no se ponían de acuerdo. Entonces pensé en centrarme en cómo iba a organizar mi tiempo para criar al bebe:
Primero pensé en dedicarme cien por cien al cuidado y la crianza de mi familia, pero resultó que si hacía eso era una vaga y una mantenida. Parece ser que las 24h diarias que dedicas a esto no son suficientes para ser una persona productiva, con derecho a descanso y que te reconozcan el trabajo. Y como yo no quiero ser la mantenida de nadie ni una improductiva decidí no dejar mi trabajo, pero, claro, entre las horas interminables que dedico a ello, más el trayecto de casa al trabajo, he tenido que llevar al bebé a la guardería y contratar a una chica que lo cuide hasta que yo llegue a casa. Ahora me dicen que tantas dudas para ser madre y resulta que lo tengo para que me lo cuiden otras mujeres. Y eso sí que no, mi bebe es mío y lo quiero criar yo, así es que he pensado en coger una reducción de jornada; me he estado leyendo cositas sobre la conciliación familiar y es una maravilla, cómo se nota lo que hemos avanzado en esta sociedad. ¡Si hasta las diputadas llevan a sus bebes al Congreso! Bueno, hemos avanzado todos menos mi jefe, que ha puesto el grito en el cielo. Me ha dicho que si no había tenido suficiente con la baja de maternidad que encima ahora quería trabajar la mitad y que, claro, encima, faltaría cada dos por tres: que si él bebe se había puesto malo, que si tenía una reunión en el cole. Y, nada, que no sabía por qué contrataba mujeres, que los hombres daban menos problemas. Creo que este hombre no se ha informado bien porque yo voy a cobrar también la mitad, además, la conciliación familiar es para hombres y mujeres, por lo que imagino que daremos todos el mismo problema, ¿no?
Con tantos consejos y sin saber cómo acertar he decidido irme a lo fácil y hacer una lista de lo que voy a necesitar para mi bebe. Aquí sí que no me pillan, ya no soy una jovenzuela que acaba de salir del instituto. ¿Sabéis todo lo que hay en el mercado para bebes? ¡Pues lo tengo todo! He conseguido una hipoteca poniendo como aval la casa de mis padres. Es un piso en un barrio nuevo, una urbanización con piscina y pista de pádel; me he comprado un monovolumen a plazos con el dinero que me han dado de más con la hipoteca y he llenado la casa y el trastero con trastos mil: cuna, minicuna, hamaca y balancín; el hervidor, el desinfectante de chupetes biberones y objetos varios; el humificador, cojín de lactancia…Y así hasta el infinito. Tengo hasta una aparato para vigilar al bebe con cámara incluida y eso que mi piso no supera los 70m cuadrados, pero toda prudencia es poca. Y ahora van y me dicen que soy una materialista, que no hace falta tanta chorrada para criar a un bebe. Supongo que si lo venden será todo necesario.
Bueno como veis mis dudas son mil y no sé qué decisiones tomar para ser madre en el momento adecuado, con el modelo de familia adecuado, sin que se enfade mi jefe y sin arruinarme.
He hablado con compañeras, pero a todas en algún momento les ha pasado algo parecido y han tenido las mismas dudas y miedos que yo, pero con los planes de igualdad y conciliación que hay, teniendo en cuenta que el machismo ya no existe y el patriarcado es una invento de las feminazis… Me gustaría saber la opinión del género masculino, que seguro que os ha pasado lo mismo cuando os habéis planteado vuestra paternidad, ¿verdad?
Grupo de Trabajo Feminista
CNT Comarcal sur-Villaverde