El pasado 23 de diciembre detuvieron a nuestro compañero Youssou de Leganés, y el día 24 fue encerrado en el CIE de Aluche. Al igual que Youssou, miles de nuestrxs hermanxs de clase son explotadxs, detenidxs y maltratadxs a lo largo y ancho de todo el Estado.
Con la esperanza de encontrar un trabajo con el que poder sacar adelante a sus familias, vienen a los países “desarrollados” o del “primer mundo” jugándose la vida en el camino, y lo que encuentran aquí es explotación, indiferencia del resto de trabajadorxs, racismo y por último encarcelación y deportación.
Estas “naciones desarrolladas” a las que vienen nuestrxs hermanxs de clase son las responsables directas de la miseria de sus países de origen, junto al poder económico global que roba sus recursos naturales y explota a sus poblaciones como chantaje al endeudamiento que les somete el capitalismo, con el añadido de la corrupción de sus clases dirigentes que no pensemos que son peores que las nuestras.
La emigración de nuestrxs hermanxs de clase es otro de los crímenes contra la humanidad del capitalismo, ese sistema consagrado a base de sangre y fuego como el único posible del que conocemos y sufrimos su miseria y sus aberraciones cometidas en nombre de palabras que han vaciado de contenido: libertad, paz, democracia, igualdad, justicia,..
Al capitalismo le viene bien la competencia entre trabajadorxs, así que hace todo lo posible por fomentarla, de este modo tiene esclavxs seguros, por eso tenemos que estar unidxs superando las fronteras ficticias que nos imponen tanto las democracias burguesas o los falsos socialismos, mejor llamados capitalismos de estado.
Lxs trabajadorxs no tenemos patria, debemos hacer del mundo un lugar donde exista un verdadero reparto del trabajo y de la riqueza, donde nadie se apropie de lo que producimos, ni empresas ni estados. Somos lxs que trabajamos y lxs únicos que producimos riqueza, por eso tenemos la suficiente legitimidad para decidir sobre nuestras vidas, para autogestionar nuestros trabajos, para crear un autogobierno y para alcanzar un federalismo económico mundial que reparta la riqueza equitativamente.
Lxs trabajadorxs de todo el mundo nos merecemos de una vez por todas vivir en paz, sin explotación, miserias, hambrunas, guerras,…
La solidaridad internacional es uno de los caminos que nos puede librar de estos males endémicos llamados capitalismos o socialismos, burgueses o de estado.
Para apoyar a nuestro compañero:
http://youssoudevuelta.blogspot.com/