85 años han pasado desde que se produjo la insurrección revolucionaria más importante dentro la II República Española, aquella promovida por socialistas y apoyada por otros tantos anarcosindicalistas y comunistas.
Protagonizado en su mayoría por mineros, más de 80 años después este sector no ha dejado de mostrarse como uno de los más combativos. Sólo hay que observar la respuesta que han llevado a cabo ante los constantes planes de reconversión en los últimos años.
No obstante esta insurrección fue mucho más allá de reclamaciones para mejoras laborales y sociales, sino que se planteaba y ponía en práctica el ejercicio del comunismo libertario. Y es que de ninguna manera es posible que nuestra memoria histórica deje pasar un suceso como la insurrección asturiana, ya que fue lo que la Comuna de París había sido un siglo antes, pero su ejercicio hace comprender ese espíritu bravío y de lucha directa siempre persistente entre astures de antes y ahora.
Intentonas militares y levantamientos populares durante la República
Aunque durante el periodo republicano se dieron sublevaciones militares como la Sanjurjada (1), levantamientos como los del Alto Llobregat (2) o Casas Viejas (3), e incluso la proclamación del Estado Catalán por Lluís Companys (4), es la revolución asturiana la que marcará un devenir de los acontecimientos posteriores: elecciones de 1936, victoria del Frente Popular, y formación de comités y milicias ante un inminente golpe de estado fascista.
Pero sin lugar a dudas, el ejemplo de la comuna asturiana de 1934 sería pieza clave para aquella “revolución silenciada” en ciudades y pueblos de España que comenzó durante la lucha antifascista tras el Golpe de Estado de 1936 y que se tradujo en la proclamación del Comunismo Libertario en diversos territorios de la zona republicana. Aunque esto último ya daría para otro artículo (mejor dicho para una serie de artículos), nos podemos hacer una idea si observamos lo acontecido durante aquellos años tan sólo en buena parte de Aragón (5).
El preludio: la entrada de la CEDA en el gobierno
La etapa del denominado Bienio Radical (6) supuso una división social y política de por sí ya latente durante toda la II República, sólo que en este momento fue aún mayor.
La entrada de un partido como la CEDA (7) en el gobierno suscitó enorme malestar entre muchos sectores de la población, sobre todo por los sucesos que concurrían en Europa en aquella etapa. Sólo había que asomarse a la Alemania nazi o al “austrofascismo” practicado por Dollfuss en Austria, el cual aplastó una rebelión socialista bombardeando los barrios obreros de Viena (8). A ello se unía que dentro de nuestras fronteras los desfiles de Falange española eran una realidad demostrando una fuerza paramilitar, por lo que la respuesta de los obreros españoles fue la de reivindicar la unidad del proletariado y su toma de poder (9).
Esas invitaciones a la unidad para dar respuesta al nuevo gobierno tuvieron sus mayores ecos en Asturias, donde curiosamente anteriormente otros movimientos insurreccionales como los que hemos señalado anteriormente promovidos por anarquistas de la Confederación Nacional del Trabajo (CNT) y la Federación Anarquista Ibérica (FAI) apenas habían tenido repercusión en dicho lugar(10). A pesar de ello las tierras asturianas contaban con una fuerte masa de trabajadores organizados con cerca de 50000 trabajadores sólo en las minas (11), a pesar del aumento del paro en el sector y la tasa de accidentes y la falta de seguridad era continua.
El gremio minero y casi el resto estaba compuesto por sindicalistas de la Unión General de Trabajadores (UGT), mayoritarios estos en comparación a los cenetistas (12) exceptuando algunas zonas como la Felguera. Pero el factor fundamental para llevar a cabo la intentona revolucionaria no fue otro que la teoría aliancionista (13) la cual argumentaba que peligro del fascismo en España era tan grande que se hacía necesaria una nueva alianza de la clase obrera.
COMIENZO Y DESARROLLO DE LA INSURRECCIÓN
El movimiento se preparó de manera cuidadosa, estableciendo la señal de inicio la entrada de la CEDA en el gobierno, comenzando la madrugada del 5 de octubre de 1934 en las cuencas mineras. Allí se usará dinamita como elemento contundente contra la Guardia Civil. Dominados la mayoría de los pueblos y ciudades como Mieres, Gijón y Avilés, empezaba el asalto a Oviedo.
“Hacia las 8 y media de las mañana (5 de octubre) se congrega ante el ayuntamiento de Mieres, ocupado por obreros insurrectos, una multitud de más de 2000 personas. Proclamo, desde uno de los balcones del ayuntamiento, la República Socialista. El entusiasmo es indescriptible. Se suceden los vivas a la revolución […] cuando consigo hacerme oír de nuevo, doy instrucciones para continuar la acción” (14)
Se forma un comité revolucionario el cual fijó la toma de Oviedo a la acción de las columnas mineras. Pero estas no pudieron emprender esa tarea hasta dejar dominados los pueblos de los valles. Para sorprender a la guarnición de la capital Oviedo tuvo que ser tomada desde la periferia y calle por calle. Se tomó la fábrica de armas de La Vega y la de cañones de Trubia.
En la Comarca de la Felguera, constituida la comuna del municipio se llegó a poner en práctica una auténtica industria de guerra con. Mientras, el gobierno tomó la decisión de llamar a un grupo de generales entre los que se encontraban un tal Yagüe, Godet y un galleguiño conocido como Francisco Franco. Todos con experiencia a sus espaladas en represión de huelgas generales, y con el objetivo de que ambos actuaran como jefes del Estado Mayor y dirigieran la represión contra la insurrección.
Franco, conocido ya como militar africanista, solicitó él envió de tropas de la Legión desplegadas en el norte de África para reducir a los mineros. De esta manera comenzaban a desembarcar en los puertos asturianos unidades de la legión para apoyar a los escasos 1500 regulares (15) que en el momento de la insurrección se encontraban con base en Asturias. Este hecho provocó que los revolucionarios tuviesen que dividir sus fuerzas para hacer frente al peligro militar. La presión ante los militares fue contenida en el sur y en el este.
FRACASO Y FIN
Como consecuencia de la caída de Gijón el día 8 y del avance de las fuerzas gubernamentales (el gobierno se vio obligado a enviar más tropas), el día 11 se ordenó la retirada general por parte del Comité Revolucionario. La orden encontró una viva resistencia en los combatientes. La aviación gubernamental iniciará grandes bombardeos y en intervalos lanzará octavillas sobre los revolucionarios bajo el pretexto de la rendición al gobierno de España. La revolución continuará persistiendo hasta el día 18 cuando el Comité Revolucionario provincial pone fin al movimiento a través de un manifiesto.
Las razones de su fin se debieron principalmente a un apoyo más allá de la región asturiana. Es cierto que la sublevación catalana fue casi en paralelo, pero Cataluña no recibió apoyo por parte ni de anarquistas ni que decir de los socialistas, con una influencia escasa en la dicha zona de estos últimos. En definitiva en Cataluña el conflicto tomó desde el principio una dirección muy distinta a la asturiana, dado el protagonismo y fines del gobierno de la Generalitat.
Finalmente al movimiento asturiano le faltó perspectiva global de la realidad española como en el resto de insurrecciones anarquistas durante la II República. Una vez más eso sí, la represión volvería a ser feroz. Aunque el paso por Oviedo de la columna de Yagüe por los barrios de Oviedo dejó una estela de sangre, posteriormente en 2 meses escasos fueron torturados cerca de 15000 personas en Asturias (16). El objetivo no era otro que el de la destrucción, el desmoronamiento, y desangre de la clase trabajadora hasta lograr quebrarla moralmente.
Estas actuaciones incluso se llevaron a cabo a través del hambre. Esto es, la patronal asturiana instrumentó de acuerdo con las fuerzas militares desplegadas en el territorio, una campaña de represión económica. La misiva de los militares en este aspecto era la de ni un puesto de trabajo hasta que no aparezca el último fusil, mientras que la de la patronal esta era su oportunidad de depurar a todos aquellos elementos indeseables de sus empresas. Por ejemplo, el 2 de noviembre las empresas mineras abren listas de inscripción para los que quieran trabajar en ellas ingresen como nuevos, perdiendo toda antigüedad (17). Cómo vemos una nueva reforma laboral a lo bestia.
CONSECUENCIAS Y EXPERIENCIAS
Durante las dos semanas revolucionarias, los conceptos clásicos de socialismo y anarquismo produjeron diferentes resultados según la influencia socialista o libertaria de cada lugar Ejemplo de esto último es La Felguera, donde se llegó a abolir por completo la propiedad privada y el dinero y los trabajadores se apoderaron de los medios de producción decretando el comunismo libertario. En la vecina población de Sama, un Comité de Aprovisionamiento se encargaba de realizar un racionamiento adecuado para satisfacer proporcionalmente las necesidades de las familias y sus componentes. Sin excluir a habitante alguno de la población sea cual fuese su pertenencia social o política, se aportaban vales equivalentes a 2,50 ptas. para una familia de 2 personas, y de hasta 7,50 para una de hasta 12. Todo ello (también las existencias de carne) se ejercía a través de un riguroso control en la entrega de los vales, y nadie podría obtenerlo de manera diferente (18).
Pero una cosa pareció estar clara tanto en los círculos comunistas como socialistas como libertarios: frente al avance del fascismo la única solución era la revolución social. El dilema no era fascismo o democracia, sino fascismo o revolución. El proletariado no tiene que utilizar sus fuerzas para mantener el status quo capitalista sino prepararse para derrumbarlo.
En definitiva, el pacto de Alianza firmado entre la CNT y la UGT no deja lugar a dudas sobre su transcendencia revolucionaria durante la primera parte de la Guerra Civil.
REFERENCIAS
- José Sanjurjo (1872-1936), director de la Guardia Civil y acérrimo monarca, protagonizó un Golpe de Estado conocido como la “Sanjurjada” el 10 de agosto de 1932 en la ciudad de Sevilla. Fracasó por lo que sería procesado y condenado a muerte, sentencia conmutada posteriormente por cadena perpetua. Amnistiado en 1934 e instalado en Portugal, fallecería en extrañas circunstancias en julio de 1936 cuando la avioneta que le trasladaba a España para ponerse al frente de la sublevación militar se estrelló, al igual que en otra ocasión su compañero el General Mola
- También de carácter minero, el 18 de enero de 1932 los mineros de la zona comenzaron una huelga motivada por las duras condiciones de trabajo, las largas jornadas laborales, y una notable frustración por las expectativas que se habían creado con la llegada de la República. Los mineros se apoderaron de las armas del somatén y el conflicto se propagó a otras localidades del Alto Llobregat. Se declaró abolida la propiedad privada y el dinero proclamándose el comunismo libertario. Tras un experimento de 5 días la llegada de tropas desde Zaragoza y Lleida produjo una abultada cifra de detenciones.
- Aparentemente motivada por la lentitud de la reforma agraria tan frecuentemente programada desde la proclamación de la República. Grupos armados de campesinos afiliados a la CNT tomaron posiciones durante la madrugada del 11 de enero y proclamaron el comunismo libertario en esta localidad gaditana. Como respuesta tras los primeros enfrentamientos donde cayeron 3 Guardias Civiles, la Guardia de Asalto sitió y mató a un grupo de anarquistas que se habían hecho fuertes en una de las casas. En total 19 hombres, 2 mujeres y 1 niño además de los 3 Guardias Civiles fue el balance de los sucesos, además de un duro golpe para la República Azañista.
- Para conocer más acerca de este episodio, recientemente fue publicado en la presente revista un artículo sobre este hecho por parte de David Martínez Fonseca, “La República catalana de 1934: la otra independencia”
- El Consejo Regional de Defensa de Aragón el 6 de octubre de 1936 nació con el objetivo de favorecer las prácticas del comunismo libertario , para lo que se creyó oportuno dotar a dicho consejo de poder político, económico y social
- Periodo 1933-1939
- Confederación Española de Derechas Autónomas, partidos incipiente de corte católico con Gil Robles a su cabeza, el cual hasta antes poco antes manifestaba su repugnancia a la adhesión a la república tachándola de anticlerical
- J. Casanova, p. 135
- Sólo había que acudir a un mitin del líder del PSOE Largo Caballero y escuchar sus incendiarios discursos
- J. Gomez, p. 145
- H. Thomas, 1976, p. 161
- Afiliados y simpatizantes de la CNT
- Peirats, 1971, p. 79
- M. Grossi, 2014, p. 25
- H. Thomas, 1976, p. 162
- P. Taibo, 2013, p. 489
- Ibídem, p. 482
- N. Molins, 1977, p. 61
BIBLIOGRAFÍA
· Casanova, J. (1997), De la calle al frente. El anarcosindicalismo en España (1931-1939), Barcelona, Editorial Crítica
· Gómez Casas, J. (1977), Historia del anarcosindicalismo en España, Madrid, Editorial Aguilera
· Grossi, M. (2014), La Insurrección de Asturias, Oviedo, Fundación Andreu Nin
· Molins i Fábrega, N. (1977), UHP. La insurrección proletaria de Asturias, Gijón, Ediciones Júcar
· Taibo II, P. I. (2013), Asturias, Octubre 1934, Barcelona, Editorial Planeta
· Thomas, H. (1976), La Guerra Civil Española [Tomo 1], París, Ruedo Ibérico
· Peirats, J. (1971), La CNT en la Revolución Española [Tomo 1], París, Ruedo Ibérico
Pablo José Torres, afiliado a CNT Comarcal Sur
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