Este año va a publicarse en castellano la obra del biólogo Alfonso Martínez Arias titulada The Master Builder. En ella, a partir de la quimera biológica del caso de Karen Keegan, Martínez Arias pretende responder a Richard Dawkins cuyo libro El gen egoísta ubica en el carácter egoísta del gen la responsabilidad de la construcción de la identidad del individuo biológico. El caso de Keegan es uno de los muchos, aunque infrecuentes, casos de quimerismo biológico en el que una persona contiene varios genomas distintos. Este caso sirve a Martínez Arias para responsabilizar a la célula de la construcción del sujeto, el ADN no sería sino una caja de herramientas desde la que poder actuar, asociarse con otras células, construir.
No pretendemos simplemente estirar esta metáfora, sino hacernos conscientes, un siglo después de El apoyo mutuo de Kropotkin, de que la biología tiene mucho que enseñar a las luchas por la emancipación. Para Dawkins el individuo es una estrategia de los genes para perpetuarse y, en consonancia con el paradigma neoliberal desde el que piensa, entiende que los individuos no son sino herramientas de un gen que tiene por objetivo perseverar en el ser; desde esta perspectiva, no habría peor destino para el sindicalismo que entender que el sindicato es un fin y que el objetivo del sindicato es sobrevivir por sobrevivir. Por el contrario, para Martínez Arias es la célula la responsable del proceso de individuación, pone a la célula en el centro, al ADN como herramienta y a la cooperación como estrategia, un ejemplo que nos sirve para entender el nuevo sindicalismo, la unidad de acción, donde se forman células activas como Menos Lectivas.
La imagen de Menos Lectivas como marca blanca de los tres sindicatos CGT, CNT y STEM que intentan difundir algunos de manera interesada presa de una concepción del sindicalismo como fin y no como medio. Por el contrario, Menos Lectivas y su relación con las formas del nuevo sindicalismo, surgido en la pospandemia en los trabajos más precarizados que se ha dado en empresas como Amazon y Starbücks, bien pudiera entenderse con el ejemplo presentado de la célula. En el caso particular de Menos Lectivas, el ADN de CGT no es sino una herramienta de transformación efectiva de las luchas por la educación, como también lo está siendo CNT Educación Pública CAM o el acuerdo para la unidad de acción que CGT firmó hace poco con Solidaridad Obrera y CNT. Al igual que Martínez Arias se sorprende de cómo con un mismo conjunto de moléculas de ADN puede producir muchas células distintas y conformar organismos tan dispares como un pulmón o la piel, es normal que nos encontremos en la unidad de acción sindical con células distintas produciendo órganos disímiles. Pero si recogemos el guante del nuevo sindicalismo, cuyo paradigma es primero la implantación y después la movilización, la confrontación del relato rojipardo de la trampa de la diversidad y la movilización de sectores laborales en proceso de atomización o desmovilización, no nos queda otro camino que servir de herramientas para constituir organismos quiméricos que sirvan para las luchas laborales, tal y como ha sucedido durante el curso 23-24 en Menos Lectivas.
Menos Lectivas es una quimera que contiene varios ADN en su interior, los de CGT, CNT y STEM, pero que se ha constituido como el motor de un cambio de tendencia dentro de la Educación Pública de la Comunidad de Madrid, fuertemente pisoteada en la última década.
Menos Lectivas es un movimiento de base del profesorado de la Comunidad de Madrid en defensa de sus intereses laborales y los de la educación pública a través de un modelo participativo, activo y asambleario. Funciona como una asamblea abierta a todos los docentes que se autogestiona: cada persona un voto, rompiendo la lógica de la representatividad y de la delegación que se considera el germen de la desmovilización progresiva de la última década. Muchos docentes descreídos ya de las acciones de un sindicalismo cuya estrategia ha sido la paz social se vieron interpelados por un movimiento que pretende dar la voz a los profesores, en el que las decisiones se toman de abajo arriba. Hoy en día hay más de 80 asambleas de centro nacidas el último curso y se han implantado ya muchas herramientas de coordinación.
La apuesta por la organización de base viene a cubrir una necesidad fundamental descubierta por la Marea Verde, la de fortalecer lazos y devolver la palabra al profesorado de la enseñanza pública; Menos Lectivas debe aprender de los aciertos y sortear los errores del ciclo anterior y romper con la paz social que no ha conseguido revertir los recortes después de una década. Ha costado mucho esfuerzo volver a movilizar al profesorado y crear ilusión y eso lo ha hecho Menos Lectivas centro a centro, compañera a compañero.
La unidad de acción anarcosindicalista, junto a las asociaciones con fuerzas afines como STEM, no es sólo una estrategia, es lo que nos permite salvaguardar el ADN del anarcosindicalismo y el asamblearismo en el plano de las luchas laborales en enseñanza en Madrid. Nuestros ADN dispares —o no tanto—, al asociarse en una célula, nos permiten ser más que identidades, convertirnos en herramientas para la lucha.
Cuentan algunas versiones del mito de las amazonas que, desde la independencia, se asociaban con los escitas para procrear y perpetuarse, pero también para combatir enemigos comunes. En eso estamos en Menos Lectivas, en combatir la hostilidad institucional hacia la escuela pública, en unir nuestras fuerzas para que los docentes sean los auténticos protagonistas de su lucha. El asamblearismo es lento pero seguro, tiene sus ritmos y no cede ante las prisas del mundo capitalista porque la vertiginosidad de las decisiones apresuradas son las que terminan con los movimientos de base. La célula que nos ha constituido como sujeto político es Menos Lectivas y su ADN es el sindicalismo horizontal (CGT, CNT y STEM), el cual debe servir para construir un organismo más complejo en el sindicalismo de clase. Nuestro objetivo es perseverar en el ser asamblearios para que la quimera de Menos Lectivas sea la herramienta de transformación necesaria de la Escuela Pública