La manifestación unitaria de hoy en Madrid ha juntado en la calle a miles de personas (Más de 10.000) que han aparcado por un momento diferencias ideológicas para hacer frente común ante la nueva traición de los sindicatos pactistas.
El bloque de CNT ha sido uno de los más nutridos y combativos. Trabajadores/as, parados/as, precarios/as, jubilados/as y gentes que tendrán que sudar lo suyo para conseguir jubilarse con este nuevo atropello, compañeros/as del sindicato de Artes Gráficas, del de Transportes, de Enseñanza, de Construcción, de la Comarcal Sur – Villaverde Alto, de Aranjuez, gente de los movimientos sociales, de diferentes grupos de la FAI que se han sumado al bloque confederal, han dejado claro, con su presencia y sus gritos, que la lucha no se da por perdida, que ni nos resignamos ni abandonamos; que, pese a sus mentiras y el miedo que nos quieren imponer, seguimos en la lucha, en la calle y los tajos.
Y es que nos sobran razones para la rabia: a falta de conocer los flecos pendientes, el atentado que nos han perpetrado obligará a los trabajadores a cotizar 38 años y medio para jubilarse a los 65, algo prácticamente imposible por la situación de temporalidad y precariedad actuales; la jubilación íntegra a los 67 requerirá haber cotizado 37 años y se computarán los últimos 25 años de vida laboral para calcular la pensión.
Razones todas ellas para sumarse a la marcha que ha recorrido el trayecto Atocha-Sol y que, ante la presencia de los cordones policiales se ha visto obligada a acabar en la Glorieta de Sevilla (totalmente abarrotada cuando la cola de la manifestación todavía se encontraba en Sol) y no ante las Cortes como estaba previsto.
Para acabar, queremos denunciar la actuación salvaje de los antidisturbios que han evitado, a base de porras y pelotazos de goma, que la manifestación acabase ante el Congreso. Cuando hay más de cuatro millones de parados, cuando nos sentencian a un trabajo precario y temporal, cuando nos han robado el futuro… a estos supuestos defensores de la Ley y el orden lo único que les preocupa es que sus Señorías no escuchen la voz de la calle, que no sientan nuestra rabia.
Quien sabe, quizá en el momento menos pensado salte la chispa tunecina que los arrastre a todos ellos, sindicatos pactistas, gobiernos supuestamente de izquierdas, oposiciones indecentes, medios apesebrados, e incluso al mismísimo inefable que gobierna el banco de España al más infame de los olvidos. Algunos/as estamos ya trabajando en ello.