Un año más, la Confederación Nacional del Trabajo muestra su apoyo y asume las reivindicaciones del Día Internacional del Orgullo LGTBI+ que llenarán de nuevo las calles de manifestaciones y protestas en todos los territorios para reclamar derechos y para defender los que hasta ahora se han conquistado. Décadas de lucha del colectivo que comenzaron en los últimos años de la dictadura militar franquista y continúan hoy con la misma vigencia, frente a nuevas amenazas a la diversidad sexual, sus derechos, la integridad y la dignidad del colectivo.
La sombra de los movimientos reaccionarios y ultraconservadores están poniendo en riesgo los derechos LGTBI+ en paralelo a los derechos de la mujeres: desde las políticas abiertamente lgtbifóbicas de Bolsonaro en Brasil y de Putín en Rusia a los últimos movimientos del gobierno húngaro que acaba de decretar una nueva ley anti-LGTBI+ después que ese parlamento aprobase una declaración contra el Convenio de Estambul sobre prevención y lucha contra la violencia machista; o las autodenominadas “ciudades/zonas libres” de ideología LGTB en distintas regiones de Polonia. En este mismo país fueron multitudinarias las manifestaciones promovidas por el movimiento feminista frente a las nuevas restricciones para ejercer el derecho al aborto.
Las manifestaciones en contra del derecho al matrimonio igualitario en 2005, el autobús transfóbico de las plataformas ultracatólicas y ultraderechistas, el intento de restricción de la Ley del Aborto de Gallardón, los grupos “pro-vida” que acosan a las mujeres a las puertas de las clínicas, las sentencias misóginas y machistas como, la del caso manada, o las sentencias que amparan a agresores lgtbifobicos, el desmantelamiento de servicios públicos dirigidos a ayudar a las mujeres víctimas de violencia machista o de los servicios de asesoramiento, denuncia y apoyo para el colectivo LGTBI+, el llamado pin parental, o las declaraciones institucionales a favor de “revisar” leyes autonómicas que garantizan derechos… son solo una secuencia rápida y una advertencia clara de que los derechos siempre estarán amenazados. Nos enfrentamos a un pulso constante en el que nada indica que debamos bajar la guardia. Menos aún desmovilizarnos o fragmentarnos.
La discriminación por razón de identidad de género u orientación sexual en el ámbito laboral sigue siendo una realidad. Una realidad que castiga especialmente a las personas trans, que necesitan de un sindicato feminista y solidario para abordar, trabajar y luchar para que estas mismas desaparezcan de la esfera laboral y social. Reivindicamos que la diversidad de la clase obrera, lejos de ser una trampa, es un hecho histórico, y por ello en CNT encontrarás la fuerza colectiva de un sindicato para luchar.
Secretariado Permanente del Comité Confederal