1° Mayo JUNTAS!

1 mayo juntas

Este año nuestro sindicato se suma y promueve la manifestación unitaria 1º MAYO INTERSECCIONAL, con el objetivo de aunar todas las luchas en un día, que para nosotr@s l@s anarcosindicalistas, es referencia para la transformación social.

SÚMATE!

COMUNICADO COMARCAL SUR:

Primero de Mayo de 2021. Un año después de la declaración de la pandemia, en la enésima crisis capitalista, volvemos a salir a las calles para reivindicar la lucha de la clase trabajadora y defender nuestros derechos tal como hicieron los mártires de Chicago los primeros días de Mayo de 1886.

Hay que recordar que muchos de estos compañeros que fueron tiroteados y ejecutados por pedir la jornada de 8 horas eran trabajadores migrantes: alemanes, italianos, ingleses, españoles. Trabajadores y trabajadoras migrantes luchando por sus derechos.  Carne de bala y cárcel, cuerpos que solo valían para enriquecer al capitalista, competencia para la policía y el orden público.

Primero de Mayo de 2021. Un año después de la pandemia. Al otro lado del océano y parece que no ha cambiado tanto la cosa. Hoy de nuevo las trabajadoras, las migrantes, las anarquistas, las racializadas  y las que no entramos en sus estándares normativos, las que no servimos para sus anuncios con los que mostrarse falsamente tolerantes e inclusivos, seguimos siendo consideradas cuerpos que sirven solo para producir, seguimos siendo sospechosas. Desde campañas racistas contra niños migrantes a culpabilizar a las personas que acuden a las colas del hambre llamándolas mantenidas, pasando por la campañas prodesahucios y los ataques a los derechos de las mujeres y personas trans.

Nosotros, que nacimos hace más de cien años en las periferias de las grandes ciudades industriales y en los campos de los señoritos, que fuimos los desposeídos, las nadie, las migrantes, las muertas de hambre, el lumpen, que se organizaron y levantaron para decir basta, acabar con la explotación y conseguir una vida digna que mereciese ser vivida, bien sabemos que el proletariado siempre ha sido diverso y plural. Que siempre ha hablado mil lenguas, ha tenido mil colores y ha amado de mil formas distintas.

Primero de Mayo de 2021. Un año después de la pandemia. En Madrid, uno de los corazones de la bestia que es esta Europa fortificada que ha convertido el Mediterráneo en una fosa enorme de cadáveres y la solidaridad en un delito.

 El capital, en plena ofensiva neoliberal y fascista, con la colaboración ciertos sectores autodenominados de izquierda que, en un repliegue reaccionario balbucean el lema “Patria, trabajo, familia”,  extiende la criminalización del migrante, la marica, la racializada, la trans, la bollera, la disidente en un intento de disciplinar a la clase obrera para que volvamos a pagar esta crisis.

Es en este 1º de Mayo que CNT Comarcal Sur de Madrid desde la periferia decide encontrase y celebrar con la diversidad combativa y consciente de Madrid. Decide encontrarse con las precarias, las maricas, las bolleras, las migrantes, las zapatistas, las kurdas, las feministas, las trabajadoras sexuales, las psiquiatrizadas, las bisexuales. 

En definitiva, nuestras vecinas y compañeras de lucha. Lo mejor del proletariado de esta ciudad que resiste y combate cada día. Que lucha contra la explotación patronal, las leyes racistas, la especulación, las privatizaciones, la violencia policial. El Madrid de los bancos de alimentos, las redes solidarias, de los vecinos parando desahucios, de los barrios en lucha contra el racismo, que combaten el colapso climático defendiendo la tierra, que lucha por unos servicios públicos dignos, universales y de calidad. El Madrid digno y rebelde, el Madrid que defiende la vida frente a su negocio de la muerte.

Primero de Mayo de 2021. Un año después de la pandemia. Aquí estamos, aquí seguimos: comunes, diversas, combativas, dignas, en pie. 

COMUNICADO UNITARIO:

Este 1 de mayo de 2021, con el mundo sumido en una crisis económica, social y sanitaria, volvemos a tomar las calles, como se viene haciendo desde hace más de 100 años. Nos hemos unido para alzar una sola voz desde la diversidad, porque todes somos clase trabajadora.

No sólo las personas que pueden optar a un trabajo asalariado aceptado por el sistema capitalista que nos oprime. Aquí también estamos las que cuidan y ejercen trabajos no remunerados, estudiantes, amas de casa, pensionistas. La clase trabajadora no son sólo hombres blancos cis-heteros, aquí estamos les vidas negras y marrones, gitanas, asiáticas, migrantes, trabajadoras sexuales,trans, juventud, infancia y mayores, disidentes de género, sexuales y/o cuerpo, discas, supervivientes de la psiquiatria, precarias, obreras, jornaleras, trabajadoras domésticas.

Este último año hemos constatado que la crisis sanitaria causada por la pandemia ha recrudecido todos los aspectos de las crisis económica, social, política y ecológica que empeoran las condiciones materiales de la clase trabajadora a costa del enriquecimiento de las grandes fortunas. La relación entre esta crisis y el capitalismo es clara: las 50 personas más ricas del mundo han visto crecer sus fortunas 640.000 millones de euros durante la pandemia, mientras muchas y muches compañeres se han quedado sin sustento y sin techo, en ERES, ERTEs, o en desempleo.

Esta crisis ha puesto de manifiesto la importancia de los trabajos más esenciales para el sostenimiento de la vida, a menudo realizados por personas migrantes en situación irregular, en condiciones de semiesclavitud, así como todo el trabajo de cuidados no remunerado. Estas personas han estado durante toda la pandemia expuestas, sobre todo las mujeres pobres, y también han sido estigmatizadas y criminalizadas por los gobiernos acusándolos de “propagar el virus por sus modos de vida”.

La pandemia ha aumentado de forma salvaje el racismo y la xenofobia sistémicos, estructurales y sociales hacia las personas racializadas, especialmente hacia las personas asiáticas, quienes están sufriendo todo tipo de vejaciones. La pandemia ha sido el caldo de cultivo del autoritarismo racista que legitima las redadas y detenciones por perfil étnico con la excusa de la seguridad sanitaria. La violencia policial ha ido en aumento, cebándose contra quienes están en situación de máxima vulneralidad.También han aumentado las agresiones y crímenes machistas, contra las mujeres* y disidentes de género y sexuales. 

Vivimos en una sociedad que encarcela a las personas que se oponen a las jerarquías existentes, ya sea a través de canciones, de manifestaciones o de diferentes tipos de acción directa. La existencia de estas instituciones de castigo y de encierro no es casual: están diseñadas tanto para acabar con la disidencia política como para reforzar la marginación de las personas pobres, migrantes y racializadas.

Nos oponemos frontalmente a una estructura que defiende los privilegios de los verdaderos criminales: quienes gobiernan,ya sean de la derecha o se llamen a sí mismos “progresistas”, que reinan y ostentan el monopolio de la violencia a través de su sistema legal y penitenciario para defender la propiedad y los privilegios de los capitalistas. Aparte de las cárceles y otras instituciones de encierro como los CIEs, el sistema se vale de  leyes autoritarias y arbitrarias que anulan la existencia de las personas como la  Ley Mordaza y la Ley de Extranjería. 

Nos oponemos a un sistema que castiga al antifascismo y deja propagar mensajes filonazis y de odio con total impunidad. Que se vale de unos medios de comunicación adictos al régimen que limpian la cara a la extrema derecha y estigmatizan constantemente a las personas migrantes. Un sistema que se sostiene mediante la aplicación de políticas neocoloniales que dan validez al expolio de tierras, océanos y cuerpos ajenos para satisfacer la voracidad ilimitada de las transnacionales, como ahora mismo está ocurriendo con el robo del pescado senegalés por multinacionales europeas o con el Tratado entre la Unión Europea y Mercosur que contribuirá a saquear más facilmente la selva amazónica y los recursos de Abya Yala, generando un desequilibrio climático que creará un futuro aún más incierto e inseguro para las clases trabajadoras.  Un sistema en el que aún se debate si las personas trans* existimos y merecemos ser tratadas como seres humanas con plenos derechos civiles. Un sistema y sus gobiernos, que por más que se digan “progresistas”, permiten que haya personas viviendo en la Cañada Real sin luz durante meses. Un sistema que dificulta el asilo a las personas migrantes encerrándoles en CIEs improvisados como el campamento de migrantes en Gran Canaria. En definitiva, un sistema que a la vez que genera pobreza y precariedad, criminaliza y persigue a las personas pobres.

Compañeras, compañeros, compañeres, hoy nos unimos para luchar contra la patronal, contra un sistema económico creado para explotar a la clase trabajadora, sea asalariada, no asalariada o pagada sin contrato de trabajo. Porque no queremos ser precarias en el trabajo, ni esclavas en casa. 

Frente a la sed de ganancias de los capitalistas que nos explotan y precarizan, extendiendo nuestras jornadas laborales mientras condenan a millones al paro, exigimos la prohibición de despidos y EREs y el reparto de las horas de trabajo para trabajar menos y para trabajar todes, todas y todos con el mismo salario y pensión suficiente y que nadie quede excluide de poder ganarse la vida, ya sea por su origen, por ser trans* o disidente de género, por su diversidad funcional o diagnóstico psiquiátrico. También luchamos por la ocupación bajo control obrero de toda empresa que pretenda cerrar o despida masivamente para preservar las fuentes de trabajo.

Luchamos juntas contra las burocracias sindicales de CCOO y UGT que se han convertido en aliados del gobierno y la patronal pacificando y dividiendo a la clase trabajadora. 

Luchamos porque la vivienda es un derecho y ¡si no podemos tener casa, la cogemos! Por ello, exigimos la expropiación y uso social de los pisos en manos de la SAREB, los grandes bancos y especuladores.

Luchamos desde el antirracismo y exigimos la regularización inmediata y sin condiciones de todas las personas en situación irregular en el Estado español, porque ninguna persona es ilegal y sus fronteras son muros que debemos derribar. 

Exigimos una sanidad 100% pública y universal, porque la salud no es un negocio ni un privilegio. No vamos a consentir más privatizaciones y demandamos que todos los servicios privatizados vuelvan a ser públicos. En un contexto de pandemia mundial, en el que las desigualdades entre países se agudizan, exigimos la liberación de las patentes de forma global. Las vacunas son un derecho para millones de personas en todo el planeta, no un negocio para los propietarios de las farmacéuticas. 

Exigimos una educación pública, laica y de calidad, (que no nos eduque en la sumisión y la uniformidad) porque sabemos que una sociedad sana se crea desde abajo, educando y no reproduciendo máquinas de trabajo sumisas y obedientes, carne de cañón para el capitalismo. 

Luchamos contra todos los estereotipos, normas y disciplinas que nos apresan en nuestros cuerpos; por un amor libre y compañero. Por la emancipación de nuestra juventud y la dignidad de las personas mayores. Llamamos a la organización, a la revuelta, a la unión de todas las luchas desde la horizontalidad y la coordinación democrática, sabiendo que nuestras diferencias nos hacen más fuertes. Desde el respeto, el diálogo, sabiendo que buscamos un mundo donde quepan muchos mundos. Volveremos a las calles una y otra vez porque no podemos permitirnos que nadie se quede atrás. 

Recordamos que la lucha de los, les y las trabajadoras es global, aprendamos de las luchas de los pueblos originarios en resistencia y rebeldía, de las compañeras kurdas, zapatistas, mapuches…, de la lucha de la clase trabajadora en Francia, en Chile, en el movimiento Black Lives Matter en EEUU y tantas otras que nos recuerdan que la lucha obrera es siempre internacionalista. 

Por todo esto, permanecemos juntas por un 1º de mayo interseccional y de clase, para exigir la derogación de las reformas laborales, acabar con los recortes y privatizaciones de las pensiones, la derogación de la Ley de Extranjería y el cierre de los CIES, una sanidad y educación 100% pública, gratuita y universal. Exigimos también la derogación de la Ley Mordaza y la libertad para las personas presas por motivos políticos. Demandamos la abolición de la policía racista, xenófoba y machista y del sistema carcelario pensado para que los ricos mantengan su poder. Luchamos por la abolición de la psiquiatría y denunciamos sus protocolos que permiten la tortura. Exigimos una ley trans estatal que incluya las identidades no binarias, a la infancia, adolescencia y migrantes porque la autodeterminación de género debe ser un derecho universal.

Luchamos por terminar con este régimen monárquico que nos fue impuesto para preservar los privilegios de los ricos y poderosos y también por la apertura de procesos constituyentes libres y soberanos en los que podamos decidirlo todo. 

No queremos que la crisis económica se vuelva a sostener a hombros de la clase trabajadora, porque QUEREMOS que la crisis la paguen los capitalistas.

¡Seguiremos luchando por la abolición del trabajo asalariado, los CIES y las prisiones, que están llenas de víctimas de este sistema clasista, imperialista, colonial, racista, LGTBIAQ+ fóbico patriarcal y capacitista!