“Gracias a empleados y clientes de Amazon, ¡vosotros habéis pagado esto!” Con estas palabras Jeff Bezos quería mostrar su gratitud (muy a su manera eso sí) tras aterrizar en la tierra y haberse convertido en unos de los primeros turistas espaciales de estos tiempos y de los que vengan.
Comprendemos que con el modelo de productividad semi-esclavista y forma de trato a sus empleados en el que basa su negocio le haya servido para ser la persona más rica del mundo. Aun así, Amazon no deja de sorprendernos. No tanto por sus ofertas o envíos de menos de 24 horas, sino por lo ocurrido recientemente en uno de sus almacenes en EEUU.
Nos situamos el pasado sábado 11 de diciembre. Una fuerte serie de tornados arrasaron diferentes zonas de hasta 6 estados diferentes en los Estados Unidos, resultando especialmente dañino en el estado de Kentucky.
En otra zona, concretamente en la localidad de Edwardsville (Illinois), Amazon cuenta con un centro logístico formado por dos almacenes separados uno del otro. Uno de ellos, fue absorbido literalmente al paso uno de los tornados que azotaban.
Se ha comunicado que 45 de los empleados si lograron salvarse, pero otros 6 fallecieron. Según las informaciones que se han manejado, los fallecidos buscaron refugio en los propios baños del almacén siguiendo las instrucciones de la gerencia por escandaloso que parezca. Tuvieron que ser avisados por los de arriba, cuando ya era demasiado tarde. Enterarse por ellos mismos era complicado: Amazon prohíbe portar a sus empleados de teléfono móvil mientras se desarrolla su jornada laboral.
En cualquier caso, los jefazos pensarían que no había ni un minuto que perder. Con un poco de suerte el tornado pasaría y los operarios podrían continuar embalando, por ejemplo, el Alexa para que al día siguiente lo pudiese recibir una pareja de Los Ángeles como regalo de navidad para los suegros. Por ejemplo (esto también nos lo deberíamos ver nosotros como consumidores)
Pero cuidado, aunque esto ya es los suficientemente grave para que por una vez el conglomerado empresarial de Amazon reflexionase acerca de su trato a los empleados, la historia no termina.
Nos situamos 24 horas después de las muertes. Sin la más mínima señal de luto o respeto, e imaginándonos el estado psicológico de los compañeros supervivientes, estos fueron obligados a volver al trabajo en el otro almacén de la localidad, justo frente a las ruinas donde habían encontrado la muerte 6 de sus compañeros.
El negarse a acudir ese día a su puesto trabajando sabía las consecuencias. Bajo el modelo de productividad defendido por la multinacional, un día de baja es sinónimo de despido. Y cuidado con bajar el ritmo, la navidad está cerca, y Bezos es pionero en la medición individual y automáticamente de la productividad de cada operario en base al número de paquetes que preparan cada hora.
Mientras tanto Amazon al parecer ha donado 1 millón de € a la localidad afectada ¿Será una forma de resarcirse de culpabilidad? Creemos que no. Esto es El mundo según Amazon, parafraseando al libro del mismo título. Un mundo al que nosotros desde luego, no estamos dispuestos a pertenecer. Y aunque bloqueen la lucha de los sindicatos en la megaempresa y silencien de cualquier forma cualquier protesta de su plantilla como homenaje a los fallecidos, no nos vamos a callar. Son un conglomerado mundial, cierto. Pero la lucha obrera como la conciencia de clase también es planetaria, y defenderemos nuestros derechos y un modelo de trabajo digno. Para conseguirlo, Solidaridad y Apoyo Mutuo. Todo nuestro apoyo y condolencias para las familias y compañeros de los fallecidos.
Grupo de Acción Social
CNT Comarcal Sur Madrid