Como dijo Fernando Fernán Gómez: ¡A la mierda!
Los medios de comunicación llevan ya algunos días anunciando a bombo y platillo las “generosas” donaciones de algunas de las grandes fortunas del país para frenar la pandemia del coronavirus. Qué bien, todo el mundo arrimando el hombro. Somos un gran país.
En las redes sociales, mezcla de ingenuidad y servilismo, se prodigan aplausos y likes ante tanto “altruismo”. Qué bien, qué agradecido es el pueblo ante sus caciques y sus “generosas” limosnas. Pero la cosa va pasando ya de castaño oscuro.
YA ESTÁ BIEN de limosnas y migajas.
Pongamos algunos ejemplos, de los más sonados. Amancio Ortega, alias el “Generoso”, que ha amasado su enorme fortuna explotando vilmente (criminalmente) a mano de obra esclava en los países del sur de Asia -y no tan lejos- además de utilizar entramados fiscales para el (no) pago de los impuestos correspondientes a sus marcas.
Ana Botín, heredera de la fortuna de los Botín, del Banco de Santander, que, entre otros bancos, recibió ayudas multimillonarias de dinero público (es decir de todos y de todas) para salvarles de su mala gestión y especulación y que, dicho sea de paso, continuó desahuciando inhumanamente a miles de familias. Florentino Pérez, el mayor especulador inmobiliario de Madrid, al que aún tenemos que indemnizar con miles de millones de dinero público por el nefasto proyecto Castor en el Mediterráneo. Y suma y sigue con los grandes defraudadores fiscales y los grandes deudores a la Seguridad Social. Además de soportar campañas publicitarias de lavado de imagen de las misma empresas que dañan y contaminan el país.
De esta lista de donantes no nos olvidamos de quitar, obviamente, al rey emérito campechano “presuntamente” comisionista y, por decirlo suavemente, “presuntamente” putero que paga a sus amantes cantidades millonarias pero que no ha abierto el pico para “donar” algo de su fortuna personal en “supuestamente” paraísos fiscales. Todo un ejemplo a seguir.
Venga, gentes humildes y trabajadoras, seguid aplaudiendo a estos caciques y a quienes han descapitalizado a la Sanidad Pública con sus criminales recortes y que ahora se quieren colgar no-sé-qué-medallas. Pero, ¿qué broma es esta?
No os dejéis engañar. Esto, más que nunca, sigue siendo una lucha de clases. Recordad, solo el pueblo salva al pueblo.
MENOS LIMOSNAS Y MÁS JUSTICIA SOCIAL